Hacía mucho muchísimo tiempo que no escribía nada aquí…. Pero mañana es mi cumpleaños y me apetecía hacerme este regalo, darme este tiempo para escribir lo que últimamente se ha ido depositando en mi experiencia de vida.
Y hoy quería hablar de un concepto precioso que es capaz de resumir todo ese viaje de dolor y aprendizaje de estos años atrás. Y ese concepto es el de “Espíritu Gemelo”.
Algunos pensaréis que es lo mismo que “alma gemela”, pero para mí tiene otro matiz mucho más sencillo y puro.
El “espíritu gemelo” no es alguien único en nuestra vida, no es alguien que viene a completarnos, no es alguien exclusivo, ni alguien a quien poseer. Simplemente es alguien que hace tu vida más agradable, más alegre, que te hace sentir querido, admirado… una especie de espíritu amigo que tiene el papel de ser un oasis en tu vida. Un verdadero regalo de la vida.
Le he “robado” el concepto de “Espíritu Gemelo” a mi querida Ana Shirley, del libro “Ana la de Tejas Verdes”, escrito por L.M. Montgomery. En el libro, ella, desde su infinita inocencia y capacidad de contemplación y de agradecimiento, va encontrando diferentes espíritus gemelos en las personas que va conociendo: su amiga Diana, Mathew, la Señora Allan, su profesora de la escuela… Son personas con las que tiene una afinidad especial y que la llenan de alegría por su sola presencia y por poder compartir con ellas su tiempo y sus conversaciones. Es una niña tan dulce, tan inocente, tan espontánea, que el uso de este término “Espíritu gemelo” por ella, me ha regalado el matiz que me faltaba para cerrar este ciclo de mi vida en el que he sufrido tanto con el tema del “alma gemela”.
Mi herida ya no me duele. Me ha costado mucho sanarla, pero ahora solo me queda una bonita cicatriz y muchos aprendizajes, y sobre todo mucho agradecimiento.
Y hoy doy gracias por todos los espíritus gemelos con los que he sido bendecida en este mundo: mi amiga Oihana que siempre me mira con sus ojos de amor incondicional, Teresa, mi confesora, maestra y guía, Glori, que me hace sentir increíblemente valiosa, Roberto, mi amigo filósofo con el que tan buenos ratos comparto, mi hijo, que es el ser que más me ama de este mundo, Marga, la persona más amorosa e incondicional que conozco, Charo, que me acepta, ama y acompaña como una hermana, o Edurne, la profesora de mi hijo, que es una persona que con solo con mirarla ya sabes que existen los ángeles humanos… Ellos y muchos más que no he mencionado hacen de mi vida un lugar más amable y agradable. Todos estos vivos ejemplos de personas que “me he encontrado” por el camino de la vida son regalos vivientes por los que hoy doy gracias infinitas. Siento tanta dicha, me siento tan bendecida… Qué valiosas personas! Qué bonita la vida con ellos a bordo!
Cada uno de estos espíritus gemelos de mi vida, y de tu vida, son como las facetas de un diamante brillante y precioso. Reflejos de las múltiples caras de Dios. Cada una de estas personas nos viene a recordar toda la inmensidad, la belleza y el amor que el ser humano guarda en sí mismo. Su existencia viene a hacer más bonita nuestra vida, a recordarnos lo infinitamente amados que somos, y el profundo anhelo de unidad que vive en nosotros.
Todos somos espíritus gemelos de alguien, porque todos hemos venido a este mundo a mostrar alguna de las facetas del Creador. Esa faceta en la que brillas como solo tú has venido a hacerlo a este mundo es lo que te hace único y verdadero, genuino y oasis para ti mismo y para los demás. Hemos venido al mundo cargados de bendiciones y del recuerdo dormido de Dios en nosotros. Despertemos y regalémoslo a los demás. Irradiémoslo!
Este post va dedicado a todos los espíritus gemelos. Que Dios los/nos bendiga y que entre todos podamos elevar la vibración de amor de este increíble planeta.
Gracias por ser un regalo tan grande en mi vida. Hoy celebro la suerte de que estéis en mi camino. Hoy el regalo sois vosotros.
Y a vosotros, que me leéis, gracias por vuestro tiempo y vuestro cariño. Un abrazo de Luz! Hasta pronto!
Ultreia
Recordando el camino a Casa 